Este 11 de febrero, la Virgen del Morro cumple 114 años iluminando la fe y el destino de los chorrillanos. A lo largo del tiempo, fueron innumerables los agradecimientos o “milagros” en oro y plata, que alguna vez colmaron el cerco de madera que circundaba su imagen y eso lo saben los pescadores chorrillanos, que al salir a la mar la miran, rezan e invocan su protección y compañía.
Tras la destrucción de Chorrillos por parte de las tropas chilenas, en 1881, parientes y amigos de los caídos en armas llegaban en romería al Morro Solar para recordar su memoria, por lo que se puso una pequeña cruz de madera que recibía las oraciones y ofrendas de los visitantes.
Pasaron los años y en 1901 surgieron las primeras voces para levantar en ese lugar, una gran estatua de la Virgen de la Inmaculada Concepción. Existen versiones que señalan que el Rvdo. P. Aurelio Elías Mere S.J. soñó que en el morro chorrillano se alzaba una imagen de 6 ó 7 metros de la Virgen Inmaculada, por lo que se dedicó por completo a promover su concreción.
El entusiasmo por la obra fue tal en el distrito, que pronto la idea llegó hasta el Arzobispo de Lima, Monseñor Manuel Tovar, quien alcanzó un donativo de 100 soles para que avance el proyecto, esto lo hizo saber el propio Tovar en carta del 25 de junio de 1902 dirigida a José Vicente Oyague y Soyer, tesorero de la “Piadosa Obra de erigir una estatua de la Virgen Inmaculada en el Morro de Chorrillos”.
TEMBLO LA TIERRA
El recojo de óbolos para construir la obra avanzó lentamente e incluso algunos llegaron a pensar que ya no se concretaría, pero ocurrió algo imprevisto. El 4 de marzo de 1904 la tierra comenzó a temblar a las 5:15 de la madrugada, registrándose un sismo de 7.2 grados en la escala Richter, que provocó graves daños en las viviendas de La Molina, Chorrillos y el Callao.
El sismo se sintió tan fuerte en Chorrillos que esa noche el templo del Buen Pastor se llenó por completo de fieles y era tal la concurrencia que tuvieron que desalojar el recinto para efectuar la misa en la esquina de la Calle del Tren con Colina, según relata Evaristo San Cristóval en su libro “Grandeza y Esplendor de Chorrillos”.
Muchas viviendas reconstruidas tras la destrucción chilena volvieron a colapsar y otras nuevas se dañaron por primera vez. El pueblo chorrillano -muy religioso- clamaba por la gracia divina y vió en la Virgen del Morro el perdón y la salvación. Los óbolos ciudadanos se incrementaron y se terminó por fin la base donde descansaría la estatua, la misma que al poco tiempo fue traída de Lourdes (Francia).
CEREMONIA INAUGURAL
Es así que el 11 de febrero de 1905 se inauguró el Santuario de la Virgen de la Inmaculada Concepción, que muy pronto el pueblo chorrillano bautizó como “La Virgen del Morro”. En un día similar, pero de 1858, la Virgen se presentó en Lourdes, Francia, ante la niña Bernardita Soubirous, convirtiéndose en un hecho de trascendencia mundial.
La ceremonia de Inauguración se inició a las 8:30 de la mañana con una peregrinación a la cima del Morro Solar encabezada por una fila de niños dirigidos por el padre Jiménez, seguida por la banda de músicos del Batallón de Infantería N° 9. A continuación marcharon “La Liga de Comunión Semanal”, “El Apostolado de la Prensa”, “La Unión Católica de Señoras”, comisiones de Chorrillos, Barranco, Miraflores, Lima y Callao, así como una multitud de fieles deseosos de conocer el Santuario y rezar una plegaria por la Virgen.
En dicho acto destacó el discurso de Luis Antonio Eguiguren, joven representante del Apostolado de la Prensa, quien luego escribiría en 1945 la más detallada biografía del mártir chorrillano José Olaya titulada “El Mártir Pescador y los pupilos del Real Felipe”. Eguiguren dijo: “¡Oh, madre, en nuestra ansia de llegar a ti, te buscamos en estas cumbres, que es la mayor altura a donde puede alcanzar nuestra humana pequeñez, y te adoramos, y recibimos tus preciosos dones, en la misteriosa cita que aquí se dan el amor del cielo y la fe de la débil criatura”.
La ceremonia concluyó con una misa oficiada ante un altar portátil por monseñor Carlos García Irigoyen y que contó con la presencia del Arzobispo de Lima, Manuel Tovar, quien bendijo el monumento.
A los asistentes se les obsequió una medallita, de 6 grs. de plata y de 3 x 2.1 cms, alusiva a la inauguración, que fueron mandadas a acuñar por la Madrina del acto, la dama Isabel del Valle y Osma, conocida por su permanente apoyo a la caridad cristiana. Una de estas medallitas de la Virgen del Morro se encuentra en poder del Instituto ICHMA y en un futuro será parte de la exposición de una serie de hallazgos históricos hechos por nuestros investigadores.
“MISTERIOS” DEL CAMINO
Como señalamos al inicio, uno de los grandes impulsores de esta obra fue el Rev. P. Aurelio Elías Mere S.J., quien posteriormente organizó las romerías a este templo y fue el ejecutor de las capillitas que representan los misterios de la fe católica que se encuentran en cada tramo de la subida a pie hacia la Virgen del Morro. Dichas estaciones de fe fueron bendecidas por el Arzobispo Monseñor Emilio Lisson, lo que tuvo lugar el 30 de octubre de 1926.
Posteriormente, la Municipalidad de Chorrillos declaró a la Virgen del Morro como “Patrona del Distrito de Chorrillos”, en sesión de Concejo del 25 de enero del 2013, mientras que por Decreto Arzobispal del 24 de marzo del 2015, se le declara como “Patrona del Distrito de Chorrillos y de los Balnearios del Sur”, en una ceremonia llevada a cabo con la asistencia del Obispo Auxiliar, Monseñor Adriano Tomasi Travaglia.
Hoy la Virgen del Morro se levanta ante la bahía de Lima, dando paz y amor muy cerca al cielo. Sus nuevas instalaciones, construidas al cumplirse los 100 años de inaugurada, reciben delegaciones cristianas y de colegios de todo Lima, así como muchas familias que quieren orar y reflexionar junto al mar y a la naturaleza. Su manto cobija a todos y, en especial, a los chorrillanos.