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“La Cancha de los Muertos” en el corazón del pueblo chorrillano.

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– “La Cancha de los Muertos” en el corazón del pueblo chorrillano.

La Cancha de los Muertos se construyó en el terreno designado para el panteón de Chorrillos, como se aprecia en el plano de 1859 (a la derecha), elaborado por el francés Antoine Dupard.

Por: Luis Ojeda Espinoza (*)

Ahora que las miradas giran hacia un gran escenario para eventos deportivos y musicales, llamado “la Cancha de los Muertos”, es necesario que la historia no se pierda y se conozca lo que significó que en ese lugar se construyó el segundo cementerio de Chorrillos. Allí se albergó restos de antiguas generaciones de habitantes del pueblo de los chorrillos y cuerpos de peruanos y chilenos caídos en la infausta Guerra del Pacífico, y…¿qué fue de ellos?.

El lugar designado para el camposanto estaba alejado de la población, según se aprecia en el plano, mandado a elaborar por el mismísimo Mariscal Ramón Castilla.

Tras investigaciones históricas realizadas por ICHMA, podemos afirmar que el lugar donde hoy está el estadio ya se proyectaba como “Panteón” en 1859, según el plano del ingeniero francés Antoine Dupard, que mandó confeccionar el presidente Mariscal Ramón Castilla, quien tenía casa en Chorrillos.

Ello debido a que el primer cementerio, ubicado en las catacumbas y alrededores de la Parroquia de San Pedro, estaba casi copado y existía una anterior disposición presidencial, para no hacer más entierros en iglesias por motivos de salubridad, pues era costumbre colonial sepultarse bajo la iglesia, en la creencia que el alma de los fallecidos estaba más cerca de Dios. Incluso se pagaban fuertes sumas de dinero para ubicarse más cerca al Altar Mayor y para las misas cantadas.

Bajo la iglesia, en ese primer cementerio chorrillano, se habría enterrado al prócer José Silverio Olaya Balandra y su padre, don José Apolinario Olaya. Pero el rastro histórico referido al cuerpo del notable chorrillano y de otros coterráneos, se pierde con la mudanza de nichos en 1886 al segundo cementerio.

Desde la colonia, los chorrillanos se enterraban bajo su iglesia, en la creencia que su alma estaría más cerca del Creador. En 1886 este cementerio se “mudó” donde hoy está el estadio.

DOS SUCESOS POBLARON EL SEGUNDO CEMENTERIO

Todo indica que después de 1860 algunos chorrillanos ya se enterraban donde hoy queda el estadio, pero nada hacía presagiar el penoso destino deparado para Chorrillos en la Guerra del Pacífico (13 de enero de 1881); los cuerpos de peruanos y chilenos muertos en la brega quedaron a la intemperie, con la consiguiente amenaza de propagarse enfermedades en lo poco que quedaba de población.

Enterados los chilenos de la existencia del nuevo cementerio, se encargaron de llevar decenas de cuerpos, abriéndose una fosa común donde fueron enterrados. En épocas de la ocupación chilena, también se hallaron cientos de muertos por los cerros circundantes, que tuvieron el mismo destino.

La Municipalidad de Lima y el nuevo Concejo de Chorrillos post-guerra, presidido valerosamente por don Manuel Irigoyen, en plena ocupación chilena (1881-1884), tomaron como prioridad encontrar cadáveres para que reciban cristiana sepultura y evitar epidemias. Muchas entidades colaboraron en esto y es así que el tren a Chorrillos prestó 20 mulas y cuadrillas de obreros para remover escombros y encontrar cuerpos.

En 1881, tras la incursión del invasor en Chorrillos, quedaron en los cerros los cuerpos de peruanos y chilenos. Muchos de ellos terminaron en fosa común en el segundo cementerio chorrillano.

En los primeros meses de ese fatídico año, se hallaron cerca de 500 muertos, por el Salto del Fraile, Hacienda Villa, San Tadeo y en la línea de combate Pamplona-San Juan, que fueron a poblar el segundo cementerio.

En 1886, cuando ya habían partido los chilenos y Manuel Cuadros estaba empeñado en la reconstrucción del distrito, el primer cementerio bajo la iglesia llegó a su fin y hubo que hacer la mudanza de muchos nichos de ese primer cementerio, al campo santo ubicado en el terreno de la actual “Cancha de los Muertos”. Por tratarse de una obra de bien social, el municipio acordó en sesión de concejo comprar una carroza para ayudar a los sacerdotes de la iglesia matriz a efectuar el traslado de féretros.

SEGUNDO CEMENTERIO LLEGÓ A SU FIN

Pasaron algunos años y al crecer la población el cementerio quedó dentro de la urbe, por lo que se sintió cada vez con más fuerza los olores de la descomposición natural de los restos (los vientos corren de sur a norte en Chorrillos), lo que motivó que el municipio compre un terreno en el límite con Surco para construir allí el tercer y actual cementerio chorrillano.

En las primeras décadas del siglo XX se produjo otro traslado, esta vez, de féretros del viejo panteón chorrillano o segundo cementerio, al tercer camposanto, ubicado en la Av. Camino Real (en límite con Surco). Entonces, se ordenó limpiar y aplanar el terreno chorrillano donde había estado el cementerio protagonista en tiempos de guerra.

UN “POTRERO” PARA EL NUEVO DEPORTE

Dicho terreno quedó desocupado por décadas hasta que, a inicios de 1900, hace su aparición en nuestro país el fútbol, pasión de multitudes y muchos chorrillanos “tomaron por asalto” ese terreno para sus reñidos encuentros deportivos.

Al lugar se le llamó inicialmente “El Potrero” y se fueron creando los primeros equipos de fútbol locales. Familias enteras se daban cita en el lugar para pasar allí el día. Con naranjas para los jugadores, limonadas, sánguches y otros alimentos, disfrutaban de los encuentros futbolísticos. Todo era amateur y aún no había sido declarado el lugar como estadio.

Recién por el año de 1939 se considera al lugar como Estadio Municipal de Chorrillos, según se muestra en esta Guía de Calles, de uso popular.

Por aquellas épocas ocurrió que la Compañía Nacional de Tranvías construyó el túnel de La Herradura (1907), para llevar a los limeños a esa playa y la vía corrió a un costado de “El Potrero”, lo que le dio transporte público a la zona y permitió que se afirme el nuevo campo deportivo.

Ya en 1939, estaba considerado el lugar, como Estadio Municipal de Chorrillos, según apareció en una Guía de Calles de uso popular. El estadio seguía siendo un terral, pero la cancha ya se fue señalizando de Este a Oeste y no como ahora que es de Sur a Norte.

LLEGO LA MODERNIDAD

Durante el segundo período del alcalde chorrillano, Luis Marrou Correa (1964-1966), quien fue deportista del Club Regatas Lima y llegó a dirigir la política deportiva nacional, se concretó el sueño de muchos chorrillanos: se puso arcos, grass a la cancha, graderías de cemento y se cercó el perímetro con rejas de madera. Se puso una boletería para cobrar las entradas y también se hizo una cancha de voleyball para el público femenino.

Marrou Correa había participado en la reconstrucción del Estadio “Telmo Carbajo” de El Callao y todos los elementos ya en desuso del antiguo estadio chalaco vinieron a embellecer este campo deportivo chorrillano. La Liga Deportiva local tuvo un fuerte impulso y se siguió enriqueciendo el deporte de los goles.

Hondo dolor causó la muerte del chorrillano José “Caico” Gonzales Ganoza, arquero de la selección nacional y del Alianza Lima. Aquí, con su sobrino Paolo Guerrero, otro chorrillano gloria del fútbol nacional.

En 1987 se vivió en esta cancha uno de los acontecimientos más tristes que se recuerde. El pueblo chorrillano rindió homenaje y despidió los restos del arquero de la selección peruana y del club Alianza Lima, José “Caico” Gonzáles Ganoza, quien murió en las aguas de Ventanilla tras caer al mar el avión que lo transportaba a él y todo su equipo, de regreso de la ciudad de Pucallpa.

Durante la gestión del alcalde Pablo Gutiérrez Weselby, en el año de 1992, se dio inicio a la construcción de las graderías de oriente y occidente del estadio y se habilitaron duchas, camerinos y oficinas para la Liga de Fútbol distrital.

Según se difundió en esos años, el proyecto contemplaba obras y acciones que no se realizaron como, la construcción de las tribunas sur y norte. La primera debía construirse encima de la pista de salida del túnel de La Herradura y para la tribuna norte, se tenían que expropiar varios terrenos colindantes del asentamiento Inti Llacta.

“GLORIAS” EN LA HISTÓRICA CANCHA

En la “Cancha de los Muertos” han jugado verdaderas estrellas del balompié nacional, chorrillanos de renombre como, Oscar “Huaqui” Gómez Sánchez, Carlos Gómez Sánchez, José “Caico” Gonzáles Ganoza, Roberto “El Chorri” Palacios, Andrés Zegarra, Paolo Guerrero, Juan de la Vega, Julio “Coyote” Rivera, Víctor Pasalacqua, Toribio “El Panadero” Díaz, Aldo Olcese y Carlos “Mágico” González, entre otros.

“La Cancha de los Muertos” representa para muchos chorrillanos parte de su infancia, los mejores momentos de su juventud y la pasión de su adultez. Allí jugaron y vieron jugar a sus parientes y amigos, y gozaron con las fintas de jugadores nacionales e internacionales que derramaron su sudor en este grass chorrillano.

Los pobladores de la otrora villa de Olaya, quieren que sus hijos y nietos también jueguen en la “Cancha de los Muertos”, como lo hicieron sus padres y sus abuelos. Las autoridades deben garantizar que el primer escenario deportivo distrital esté al servicio de su población y de las futuras generaciones que verán la luz en este histórico y preciado Chorrillos.

(*) Presidente del Instituto Chorrillano de Medios de Comunicación y Archivos (ICHMA)

La reproducción parcial o total de este artículo, favor hacerla respetando los créditos.

 

Luis Ojeda

lojeda@ichmaperu.com

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